LA MUSA

Para la musa de la Calle de las Musas, de la que alguna vez me enamoré…



Hace algún tiempo has llegado, musa. Entraste y olvidaste cerrar la puerta como si acaso supieras que pronto partirías. Y tenías razón. A pesar de que todos estos días estuviste aquí y hoy te veo a diez metros de distancia y seguramente te preguntarás que qué escribo al otro lado de la habitación. Te escribo a ti, musa. Porque he descubierto que escribir con lápiz y papel tiene sentido si estás del otro lado de la habitación y no me miras. Entonces dices mi nombre en voz alta y yo corro a tu lado. Y sí, eres tú, la de siempre y la de hasta entonces. Yo sólo soy el ser que se desprende de todo sentimiento para hacerte creer que en realidad no ocurre nada, aunque me cueste callar. Mi nombre no basta para atraparte, musa, es verdad. Entonces doy media vuelta y vuelvo a mi lado y cuesta tanto alejarse de ti aunque regrese a mis diez metros de distancia de tu lado. Pareces como de mentira, musa. Pero sé que cada vez que pareces más irreal pareces más tú y por eso te quiero. Y sin embargo te falta tanto y tienes tanto y tenemos tan poco y a los dos nos puede sobrar mucho, menos un instante, menos una señal que cuesta dibujar, menos ese detalle que yo espero y que tu nunca me regalarás, musa.

Y hoy te vas. Y no dirás adiós porque para decir adiós tendría que dolerte un poco y yo para ti sólo soy uno más a los que les enseñaste a escribir con propiedad. Tú te irás, yo no. Tú te irás por mucho tiempo aunque te quedes conmigo por un tiempo indefinido que cuesta tanto imaginar. Musa, ten buen viaje, musa, ten cuidado de tipos como yo que no tardarán ni un segundo en enamorarse de ti. No los veas a los ojos como a mí, no les digas que te encanta como escriben, no los admires, no les sonrías sin usar los labios. Diles de vez en cuando que los quieres para que no se mueran de tristeza, ellos entenderán, ellos sabrán que eres de irremediable amor pasajero, que eres una musa que vive en la Calle de las Musas y que sólo está de paso por la vida de los soñadores…

Te espero en Helsinki.