AQUELLA VEZ CUANDO REPARTÍ SOBRES

Un rayo no cae nunca en el mismo lugar dos veces
pero si quiero te espero en el mismo lugar otra vez.
Una bomba no cae nunca en el mismo lugar de nuevo
pero te debo un beso en el mismo lugar otra vez…

Una bomba
(Honestidad brutal – 1999)
Andrés Calamaro

1. Con L.C por msn:

L.C: -pucha broder me olvidé contarte que me salió una chamba en España
Varguitass (tratando de darle ánimos a L.C): -que bacán, espero que todo te salga bien, y no te preocupes que te voy a organizar una despedida bravaza, ya verás
L.C: -lo que pasa es que también me olvidé contarte que ya me fui
Varguitass: -oh…








2. Curier por un día:

Una vez fui curier por un día. La “oficina” quedaba en el jirón Quilca (muy cerca del Queirolo) y era un cuarto improvisado lleno de sobres y de papeles de cualquier otro tipo tirados en el suelo. Olía ha guardado. Olía a las casas que no han tenido una fiesta en años. En algún momento me pareció ver a un ratón moviéndose por debajo de esos papeles tirados como esperando una escoba. Me sentí raro porque no estaba acostumbrado a ese tipo de lugares. En fin.
Me dieron mis sobres muy temprano. Serían cerca de 300 sobres, supongo, no lo recuerdo bien. Lo que si recuerdo bien es que yo me encargaría de esa parte del Centro de Lima que encierra el Jirón Amazonas, la Avenida Abancay, La Colmena y el jirón Huanta. Era mi primer día (y único) en ese trabajo. Recuerdo haber visto los 300 sobres y recuerdo haber sonreído en silencio porque según mis cálculos (que erróneamente, y no sé porque, había calculado que si entregaba un sobre cada minuto entonces habría terminado mi trabajo en cinco horas) acabaría a las dos de la tarde. Caminé mucho ese día. Subí edificios olvidados y sin ascensores, edificios trémulos y con olor a mierda, edificios tristes y que no decían nada. En uno de esos edificios encontré a un pastrulo en las escaleras en pleno vuelo. También recorrí casas de quintas (y confieso haber sentido miedo de ser asaltado) Dejé sobres en peluquerías de maricas que más que estilistas parecían estibadores, dejé sobres en casas de hombres solitarios y que me invitaban a pasar a invitarme una gaseosita, dejé sobres en departamentos de quinceañeras que me silbaban cuando me iba, dejé sobres en lugares que nunca pensé pisar en mi vida. Y cuando nadie abría la puerta pasaba el sobre debajo y todo era más fácil.
A las siete de la noche terminé mi trabajo del día (no había almorzado por temor a no terminar de entregar todos los sobres) y cuando llegué sentí vergüenza pues seguramente sería el último trabajador en llegar, seguramente mi jefa me estaba esperando para cerrar la puerta e irse a casa. Así que entré como quien pide perdón y, tuve razón, no había nadie. Mi jefa me dijo “ordena los cargos en orden de importancia” Lo hice en veinte minutos y se los entregué. Le pedí disculpas por ser el último en llegar y ella se sacó los lentes y me dijo “eres el primero en llegar, buen trabajo” Entonces me fui al baño a lavarme. Realmente estaba cansado, nunca pensé que ese trabajo fuera así de agotador. Cuando volví donde mi jefa le dije que no podía hacerlo, le pedí disculpas por abandonar este trabajo en tan corto tiempo. Ella no me dijo nada, supongo que yo no era el primero ni el último que claudicaba de manera tan fácil. Sacó un billete de veinte soles y me los dio. “No te preocupes” me dijo. Y me fui.
Me fui al Queirolo y me tomé cuatro cervezas solo, después me fui a casa a almorzar. Desde ese día trato bien a las personas que vienen a dejar el recibo del cable o de la luz. Le pongo mi nombre completo al cargo y firmo con cariño. Cuando se dan media vuelta me gusta llamarlos “colega”








3. Lección de N.:

De tu último regreso y posterior partida aprendí dos grandes cosas:

Con tu regreso aprendí que nada es imposible, NADA
Con tu partida aprendí que nadie es imprescindible, NADIE








4. Sr. Varguitass:

Hoy caminaba cerca de casa y en la esquina habían dos quinceañeras con globos en las manos. Yo dije “pucha” y seguí caminando tratando de poner cara de malo (en el fondo rogaba porque no me mojaran) Pasé al lado de ellas y escuché que una le decía a la otra muy bajito “te digo que no, ¿no te das cuenta que es un señor?”
Ta´mare








5. Buenas noches:

Hace unos días llamaste y me preguntaste cómo estaba. Yo te dije que bien, que le había dado un giro a mi vida y que estaba contento con ese giro. Tú me contaste que las cosas no estaban bien allá pero que con el tiempo y un poco de paciencia esperabas lograr eso que tanto quieres. Conversamos de aquellas cosas que hicimos en Lima, de las promesas que quedaban como un buen recuerdo, de cada uno de esos amaneceres, de todas esas noches conversando de cualquier cosa, de tus palabras en los sueños, de mis palabras escritas de madrugada. Y me deseaste lo mejor, y yo fui sincero diciéndote que lo mejor ya lo había tenido, que lo mejor habías sido tú, pero que seguiría viviendo por mí, porque ya es hora, porque debo lograr mis propios sueños y porque la vida es corta, Y te confesé que también vivía por ti, un poquito, muy poquito la verdad, pero que ahí estabas e ibas a estar siempre, y no te mentí. Entonces colgaste y yo me fui a dormir. Entonces colgaste y desapareciste. Entonces colgaste y yo en la cama te desee buenas noches.








6. SMS:

“Oye idiota t estoy esperando hace 1/2 hora, dime cuando chucha vas a venir q crees q t voy a esperar todo el día? pero no creas q vamos a tirar hoy no t voy a dejar q me cojas, imbécil apúrate”

Éste mensaje me llegó ayer a la 1am y no tengo idea de quién es (obviamente la flaka se equivocó de celu)
(fácil la llamo para ser amigos, jeje)








7. :(

España nos dio una paliza en la Copa Davis :(








8. Jojojo

Una de las últimas entrevistas que di fue en CPN. Fue en el programa de Elena Romero “Tu voz existe” y ella en algún momento de la entrevista leyó el primer párrafo de mi cuento “La Fuga” y no pude dejar de sentirme orgulloso de mí mismo. Creo que hacía años que no me sentía tan orgulloso de mí.
Jojojo








9. Hoy:

Alguna vez fui feliz por más de un rato. Fue una felicidad constante (corta pero constante) y, como todos los que han tenido una felicidad más o menos constante, pensé que sería para siempre. Cuando terminó esa época quise morirme. Desde ese momento no he vuelto a sentir tanta felicidad junta, sólo chispazos y muchos altibajos. Pero supongo que eso es mejor porque es más real, porque en realidad nadie puede estar en el cielo todo el tiempo.
Porque la vida se goza mejor cuando sólo de vez en cuando se es feliz.
Hoy estoy tranquilo, a veces me siento muy mal pero ya no quiero morirme. Hoy quiero vivir más allá de los momentos felices, hoy quiero vivir esos momentos difíciles porque son necesarios.
Muy necesarios.








10. Éste es el video de la semana:













* (Sigan votando)