sábado, 12 de agosto de 2006

AHOGADO




Ayer soñé

con una piscina enorme que tapaba mi cuerpo y quería ahogarme

y yo no me dejaba porque jugaba un deporte raro parecido al waterpolo

y lo jugaba mal

porque nunca tenía la pelota entre mis manos

porque pensaba más en no ahogarme

en salir de ahí caminando

vestirme

tomarme un café a las seis de la tarde

contigo.







(tomarnos un café



y de las manos...)








Pero en los sueños uno no decide su futuro

ni es capaz de escapar

ni de salir de la piscina por cuenta propia

uno sólo

mueve las manos pidiendo la pelota para que nadie sepa que no vales nada

y hasta nadas

cuando en la realidad no sabes ni flotar






Así estaba yo

en el sueño

nadando

sin saber nadar

y sin saber nada.







(en el sueño también estuvo mi hermano en la piscina esa con gente desconocida, pero no sé por qué, quizás es porque ya se va y uno quiere tener a sus seres queridos aunque sea en los sueños)





(por cierto, este sueño si fue a colores)






.......................................



Hace días releí mi cuento preferido de Cortázar

“Los buenos servicios”

resulta que Madame Francinet es una señora que trabaja de doméstica en algunas casas de ricos en París

y un día le ofrecen hacerse pasar por la madre doliente de un hombre que acaba de morir y que no tiene familia que lo llore

y ella acepta

por necesidad.





Pero cuando ve a aquel hombre muerto y en el ataúd con esa mirada que tienen los muertos

llora

y llorando sin fingir y sin poder dejar de ser sincera

sigue llorando

porque conoció a aquel hombre

y de verdad fue como un hijo.





Cerré el libro con cuidado

como si se tratase de un objeto de cristal

y pensé

cuántas veces he llorado sin saber por qué

y en el camino te he encontrado y no he podido calmarme

y he roto ataúdes

y he deshecho sueños

caminando por entre los pasadizos cenicientos del pasado

pretendiendo capturar el tiempo

una madrugada

que ya no volverá.







un momento

quizás sólo un instante







A veces

sólo lloro

como madame Francinet

por necesidad

por una motivación que me necesita hacerme sentir que aún vivo

o porque necesito saber que aún estás aquí

aunque ya no te aparezcas en las noches...