AXOLOT

Hace algún tiempo

miraba debajo de los puentes como quien espera una

respuesta





pero sólo encontraba más preguntas

que no podía contestar

porque

sin ti yo era como un examen vacío

sin nota

con colores rojos y el negro de las letras

que se deslizaban

vacías

preguntas sin respuestas

y ese vacío me (te) repreguntaba

por lo que fue

y no volvió

y si volvió entonces no me encontró

porque ahora caminaba por puentes de madrugada

con un cigarrillo en la boca

escuchando morir una canción de Kevin Johansson

con las manos heladas

y sin rumbo



perdón, con un solo rumbo

sólo el de seguir mirando pasar los autos debajo del puente y preguntarme “¿cómo sería aquello?”






pero nunca supe cómo sería aquello

mi nombre era tan sólo

cobardía

o

ganas de seguir muriendo en vida

aunque yo lo sé

eso podía ser limbo,

desahucio

pero ya no vida...







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Hoy releí “Salón de Belleza” de Bellatín

y me reconocí nuevamente en un axolot

como cuando lo de Cortázar

como esa tarde cuando me devoré

hasta terminar de matarme

de matarte

de cerrar los ojos y dejarte ir

sin decir adiós

sin detenerte luego de dos cuadras cuando tú caminabas despacio esperando que corra tras de ti para decirte que no te fueras

y yo

dándole seis vueltas al óvalo con las manos en los bolsillos y los lentes negros para que no me vean rendirme

y tú ya llegabas a casa

y te golpeaban

llorabas

me llamabas

y yo no contestaba el celular porque no quería detener tu futuro

y seguía dando vueltas al óvalo de nuestros pasos lejanos

como otras noches

como esa noche de la lluvia y de las sábanas que cayeron

como hace días

como hoy

como mañana...







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Esto es para ti...



(llaverito)







Vienes

como un cuento que escribí de madrugada con los ojos cerrados

tus manos en ficción eran igual de frías al caminar

yo me encargaba de darles un rumbo

un hogar

un abrigo

algo que fuera mío y que pudiera ser tuyo

algo como la mirada de los niños cuando llegan a la escuela

algo igual de parecido a los abrazos que te doy

o los besos que le doy a tus ojos cerrados

ya no en ficción






y vienes más

y te metes más en mis días como un buen hábito

y ya no eres tú la que viene

soy yo el que voy tras de ti

buscando

descubriendo

encontrando

en tus manos heladas el calor de mis dedos

que creía muertos

eso eres

el motivo para no mirar debajo de los puentes

el sonido

de un consejo que va más allá de la voz entrecortada

y yo soy algo así como tu calor

en estas frías noches que caminamos

cantando

abrazados en medio de la pista una madrugada con garúa

eso eres tú

también

lo que veo al despertar aún con los ojos cerrados y que las demás personas llaman sueños...