PESADILLAS PESADAS

1.

Una del último disco:










2.

Te escribo estas palabras
temerosas
van en busca de tu nombre

quieren conocer de ti
tu lado cielo
elevándose
para desafiar a tus cabellos
para estar al mismo nivel de tu cuerpo

no te conocen
sólo saben que te quiero

y sin embargo te dibujan
en un idioma escrito en silencio
son palabras tuyas
susurros venidos de algún tiempo mejor
que no pasé contigo

¡tienen tanto color tus letras!

te recorren sin saber
que eres parte de ellas
ignoran ese lado tuyo del que carezco:
tu sonrisa

son sólo palabras discretas
sin sentido
intentan ser como tú
y no pueden
no las odies
escríbelas con los ojos cerrados
díctamelas en los sueños

(escrito hace 8 años)

3.

Te has ido. Para mí te has ido sin que me digas nada. A veces no hace falta que alguien se despida para saber que se ha ido, y eso es lo que me ha pasado contigo. Entonces te has dado media vuelta y te has ido y yo me he dado cuenta y te hecho adiós con la mano y tú seguías mirándome a veinte centímetros de distancia. Es que claro, tú no lo sabes, sólo lo sé yo. Ya te fuiste. Ya te fuiste para mí. Ya te fuiste para mí hacía algún lugar que desconozco. Te has ido y así está bien.

(aunque el helicóptero aún sigue en venta)








4.

Hace unos días tuve seis pesadillas en una noche. Me pasa cada cierto tiempo, generalmente cuando me duermo muy tarde (ese día me había dormido recién a las 6am)
Una de las cosas que siempre me pasa entre pesadilla y pesadilla es que me despierto y me siento en la cama. A veces creo que eso también es parte de la pesadilla, y claro a veces pasa que es cierto. A veces voy al baño y me mojo la cara o tomo algo de agua. Lo raro es que entonces, a veces, pasa algo que me hace dar cuenta que eso también es otra pesadilla. Pero parece tan real (o sea, ir al baño, mojarme, tomar agua) que me hace sentir muy estúpido. Hasta me pellizco en sueños y aún así es parte de la pesadilla.
Lo bueno es que ya no me despierto llorando. Hasta a las pesadillas hay que saber sacarles la lengua.








5.

Algo inesperado en un momento inesperado.

(qué tal?)








6.

Nada como desayunar Coca Cola mientras veo fútbol.
Nada como caminar con el aire en contra al borde del mar.
Nada como una butifarra con su capitán.
Nada como el Zeta una tarde de sábado.
Nada como escribir a las cuatro de la mañana.
Nada como decidir que nunca es tarde.
Nada como una canción de Calamaro o de Pelo Madueño antes de llegar a la chamba.
Nada como volver a casa escuchando a Los abuelos de la nada.
Nada como un frapuccino.
Nada como unas chelas con mi primo.
Nada como una final de Champions League.
Nada como caminar bajo la lluvia fumando.
Nada como tú aunque no estés…








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