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hoy

encontré el suelo mojado

envuelto en algo muy parecido a las lágrimas

a esas del pasado

esas que duraban lo que dura toda una madrugada






y no me levanté de la cama

observé por alguna improvisada ventana como nadie se resbalaba

y yo sí

y

recordé

como cada cierto tiempo me caigo sobre la acera

y como cada otro cierto tiempo (que es más frecuente) me caigo sobre algo que desconozco

pero que duele más

sí

duele como cuando te despiertas de un sueño y al final todo lo que te queda es la realidad

y hasta te olvidas del sueño

y no puedes recordarlo

ni contarlo

ni saber explicar qué pasó mientras el suelo de Lima se humedecía allá afuera

así que

sólo te queda saltar de la cama

cerrar la ventana y abrir el pecho

bajar las escaleras como si nada hubiese pasado

como si nunca hubieras llorado

recibir los saludos

seguir sonriendo

esperar a que el sol de primavera aparezca y seque eso del piso muy parecido a las lágrimas

y por nada del mundo bajar la mirada






entonces

sólo entonces

te das cuenta que cabe la esperanza de que todo cambie a partir de ese momento

porque en realidad cada momento es como una nueva oportunidad

para volver a intentarlo

a pesar de tropiezos y caídas

a pesar de que los aviones nunca partan puntuales y que se lleven a personas demasiado importantes

a pesar

de que ya no quiero que vuelvas...







.......................................



cuando tenía la edad de una cifra y llegaba la fecha de mi cumpleaños (odio la palabra santo) vivía los días previos con una emoción desbordante

como días antes de la navidad

o

como horas antes de que mi papá viniera a la casa

y el mismo 20 de setiembre era el primero en despertarme

pero sólo para volver a la cama ya que todos seguían dormidos y yo no sabía que hacer

(aunque sí abrazaba al perro de turno sin que nadie me viera)

eeeeeen fin






pero ya no podía volver a dormir y como quien no quiere la cosa comenzaba a hacer ruido para que los demás despertaran y me llenaran de abrazos y regalos

y nadie me hacía caso

(hasta el perro se iba a otro lado donde no lo jodieran)






y de pronto alguien despertaba

y yo era feliz...






y ya pues, venía todo eso que tanto estaba esperando






por la tarde venía mi padre con su abrazo y la torta

(él no traía regalo y a mi no me importaba)

y también dependiendo el día venían algunos primos con sus padres y alguna que otra persona a la que no le importaba y que a mí menos






y me cantaban el “feliz cumpleaños”

y yo enrojecía como creo que casi todos nos hemos avergonzado alguna vez

sin saber hacia dónde mirar

preguntándome cómo hacer para que no me ardieran tanto los ojos






y después todos se iban

y yo era como ese mismo niño de las cinco de la mañana al que nadie hacía caso

me iba a la cama

miraba al techo como hasta hoy

y era el primero en dormir

y esa noche no tenía esas pesadillas con los cubos gigantes

ni me despertaba en madrugada llorando

esa noche sólo tenía sueño

dormía como el niño al que le quedaba cada día menos tiempo de niño

y más de eso de lo que ahora soy





y confieso que me gustaría volver a esos días

sentir por mi padre lo que sentía por ese entonces

creer que la vida es más fácil

no tener tantos conflictos internos por las noches

dejar de cometer los mismos errores todos los años



ser ese niño

que se contentaba con cosas tan sencillas

ese que nunca pensó que intentaría matarse






ser ese niño que nunca volveré a ser